martes, 15 de enero de 2008

Réquiem a su mirada



Viajo en metro y usted se ha sentado delante de . Coinciden nuestras pupilas reiteradamente, y no puedo reprimir abrir el cuaderno y dedicarle un quiem a su mirada;

A esos ojos entre la madurez y más allá, les brindo el beneficio de la experiéncia; y sin embargo, encuentro una Mirada encaminada hacia la resignación, con un ápice de esperanza que la mantiene muerta en vida: ¡Qué inútil agonía!

Escribo con notas pausadas y graves,  a esos ojos pasivos y desilusionados. A esos luceros apagados que reposan bajo el índice, dedo que sostiene su ceja para mantenerlos lúcidos.

Su brazo reposa en la ventana acompañando una mirada al vacío que deja pasar estaciones a la vez que segundos de vida... A esas enteladas que pasan sin ver; malditas si tan solo funcionan como espejo de lo que les rodea. No están conectadas con su interior, no transmiten. Solo se posan, de la misma forma en que la luz envuelve los objetos.
A sus ojos grises en actitud reposada; saturados de tragedia, desprevenidos ante su vida, enrojecidos y agotados, les dedico una funesta disonancia Fa-Mi-La: Fatalidad de su mirada. Miedo a la vida. Lamento en silencio.

¿Acaso han agotado lágrimas? ¿ o ni nisiquiera saben cómo emocionarse?
Ni se revelan ya contra mi escruto permanente.
Doy de frente con ellas, recorro su reflejo en el cristal. Provoco sin despertar...
Los músculos de su cara se han ajado al compás de la mirada inexpresiva, abatida; movimientos lentos y pesados.

No espere a que cambie lo que le rodea. Abandone esa esperanza y quedará libre para morir. Solo de esta forma podrá resucitar.

¿Cómo quiere ver el mundo, si no les devuelve antes la vida ?

A usted,

Save your soul

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