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A veces, cuando nos sabemos hombres buenos, la Vida (autónoma) esa de la que esperamos una respuesta coordinada a nuestras acciones (subordinada) nos regala un puntapié desmedido.
Si eres hombre de fé cristiana, analizas la situación y buscas alguna mala actuación pasada que justifique el castigo presente. En caso contrario, perdonas.
Si eres hombre alegre, frotándote el golpe no analizas, no preguntas, no te equivocas, y sonríes.
Si eres hombre escéptico miras hacia arriba y no encuentras justificación presente, miras al frente pero no sonríes,
Si te nombran inteligente, ni crees ni dejas de creer, ni repasas tus actuaciones, ni sonríes cuando duele. Pero esa inteligencia, quizá tan desmedida como el própio puntapié, te ha convertido en;
Si eres hombre de fé cristiana, analizas la situación y buscas alguna mala actuación pasada que justifique el castigo presente. En caso contrario, perdonas.
Si eres hombre alegre, frotándote el golpe no analizas, no preguntas, no te equivocas, y sonríes.
Si eres hombre escéptico miras hacia arriba y no encuentras justificación presente, miras al frente pero no sonríes,
Si te nombran inteligente, ni crees ni dejas de creer, ni repasas tus actuaciones, ni sonríes cuando duele. Pero esa inteligencia, quizá tan desmedida como el própio puntapié, te ha convertido en;
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-----------------------------------------Pierrot
---------------------------------somriu i em fà ganyotes
--------------------------------------amb la boca
----------------------------------I sempre que llegiu
-------------------------------aquest poema repetirà
--------------------------el mateix com un autòmata
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*Joan Brossa: L' autòmata.
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